I, like many of you, am broken-hearted at what’s happening all around the world. Most recently those in Afghanistan have been on my mind and in my prayers. Their sufferings are so horrific it is hard to comprehend. I found this difficult to reconcile and found myself wondering where Jesus Christ was in all of this. I believed He was there somewhere but I couldn't see Him. All I could see was a huge, overwhelming disaster.
My heart broke for these people- my brothers and sisters. I prayed for them and tried to see the Savior in the big picture and still couldn’t see Him, just the disaster. One morning I came across an account of a child witnessing the torture and death of His mother. I wept tears of anger, horror and sorrow for this child and his mother. Again, I prayed and an image appeared in my mind of this boy, his mother, and the Savior. He was there. I realized He’s not looking down at this event from afar. He's there with them. He’s ministering to them one by one. Each individual accounted for, loved, and known to Him. He is in every detail of every situation just as He is, and always has been, for me.
I’m so grateful for this knowledge and pray that we can see Him more clearly in the daily details of life.
Isaiah 51:11
"Therefore the redeemed of the Lord shall return, and come with singing unto Zion; and everlasting joy shall be upon their head: they shall obtain gladness and joy; and sorrow and morning shall flee away."
Jen Webb
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Traducir por HNO NeVille
Yo, como muchos de ustedes, estoy desconsolado por lo que está sucediendo en todo el mundo. Más recientemente, los de Afganistán han estado en mi mente y en mis oraciones. Sus sufrimientos son tan horribles que es difícil de comprender. Encontré esto difícil de reconciliar y me encontré preguntándome dónde estaba Jesucristo en todo esto. Creí que estaba allí en alguna parte, pero no pude verlo. Todo lo que pude ver fue un enorme y abrumador desastre.
Mi corazón se rompió por estas personas, mis hermanos y hermanas. Oré por ellos y traté de ver al Salvador en el panorama general y todavía no podía verlo, solo el desastre. Una mañana me encontré con el relato de un niño que fue testigo de la tortura y muerte de su madre. Lloré lágrimas de ira, horror y dolor por este niño y su madre. Nuevamente oré y apareció en mi mente una imagen de este niño, su madre y el Salvador. Él estaba ahí. Me di cuenta de que no está mirando desde lejos este evento. Está ahí con ellos. Les está ministrando uno por uno. Cada individuo le contaba, amaba y conocía. Él es en cada detalle de cada situación tal como es, y siempre lo ha sido, para mí.
Estoy muy agradecido por este conocimiento y oro para que podamos verlo más claramente en los detalles diarios de la vida.
Isaías 51:11
"Por tanto, los redimidos del Señor volverán y vendrán a Sion con cánticos; y gozo eterno estará sobre su cabeza; alcanzarán alegría y gozo; y la tristeza y la mañana huirán".
Jen Webb
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